¡En los museos sí se juega!

Es cierto que soy muy casera, y me encanta pasar tiempo en casa, inventar juegos y actividades con ellos dentro, me permite además aprovechar para ir adelantando otras cosas. Pero los fines de semana, me exprimo bastante la cabeza para inventar que cosas podemos hacer fuera y donde podemos ir o visitar con los niños para pasar tiempo al aire libre

img_8815Este verano, se me ocurrió que ya podía ser hora de ir con los niños a algún museo. Ya antes habíamos estado un par de veces con ellos en el Acuario en Sevilla, también lo visitamos en Lisboa y habíamos ido a exposiciones temporales, pero a un museo museo, nunca me había atrevido a ir con los dos; Así que me decidí a probar y para mi sorpresa lo pasaron genial, les encantó, fueron buenísimos y sobre todo, aprendieron un montón.

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Bicheando horarios por internet encontré un blog que proponía visitar el museo contándole a los niños una historia. La historia del Tesoro pirata del Carambolo, y pensé que sería una manera estupenda de motivarlos, ya que además están en una etapa muy de piratas, desde que estuvimos en Isla Mágica este verano, todo el rato juegan a ser piratas, hablan como piratas y a veces hasta actúan como piratas. No soy capaz de recordar cual fué el blog donde lo encontré, pero desde aquí gracias por una iniciativa ta bonita y de la que nosotros sacamos tanto partido. Gracias Gracias Gracias.

Un par de días antes, me imprimí mi versión de la historia y empecé a contársela. Les dije que me había enterado de que había un museo donde había un tesoro pirata y que íbamos a ir a buscarlo. Como estaban preparados, el día del museo se levantaron preguntando cuando nos íbamos a buscar el museo. Así que les pinté a cada uno un parche de pirata y nos fuimos al museo.

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Disfrutaron de lo lindo, se pararon en todos los detalles para ver si encontraban el tesoro y como el tesoro está en una de las últimas salas, de ésta forma conseguí poder ver y leer todo lo que el museo tiene expuesto.

No sabéis cuando lo encontraron, se sentían como auténticos piratas. Hemos tenido tesoro y museo el resto del verano, les encantaba jugar a que yo les preguntara y ellos contestan, ¿Como se llama el museo donde está el tesoro? ¿Quien encontró el tesoro? ¿Quienes escondieron el tesoro? Se lo saben de memoria, saben perfectamente quienes son los fenicios, donde y como vivían…

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Cuento para niños: El tesoro pirata del Museo Arqueológico de Sevilla

Hace mucho mucho tiempo vivían en Sevilla personas como nosotros, los hombres  primitivos. Estas personas no tenían casa, no tenían coches, no tenían calles. No tenían ropa como nosotros, ni pantalones, ni camisetas, ni chandal…. vestían con pieles de animales, de bisontes, de ciervos, de oso…. y se las ponían por encima para estar calentitos y vivían en cuevas.

Como en las cuevas vivían los animales, lobos, osos etc…¿sabeis que hicieron para echarlos?  Aprendieron a hacer fuego, cogían dos piedras y hacia “chassss” y saltaba una chispa de fuego. Así que cuando los lobos salían de la cueva a dar un paseo, los hombres primitivos aprovechaban para entrar en la cueva, encendían un enorme fuego y como a los lobos les daba mucho miedo el fuego, pues ya no volvían a la cueva.

Con el tiempo estos hombres primitivos salieron de las cuevas, empezaron a trabajar con sus manos y se hicieron ropa mejor, hicieron carros para llevar las cosas y crearon un pequeño pueblecito con casas y calles aquí en Sevilla, aquí donde nosotros estamos ahora. Estos hombres se llamaban Los fenicios.

Los hombres primitivos tenían un tesoro. Como trabajaban muy bien con sus manos, cogieron un trozo de oro (que es una piedra dorada muy grande) y empezaron con los martillos “plan, plan, plan..” a martillear el oro y así hicieron, monedas de oro, pulseras y collares como los de las princesas

Para que nadie les quitara este tesoro, los fenicios lo guardaron en una vasija de barro y lo escondieron en un agujero en el suelo. Y así pasó el tiempo y la gente se olvidó del tesoro y de donde estaba escondido.

Pero al pasar los años unos piratas se enteraron de que en Sevilla podía haber un tesoro escondido, Ohhhh. Y los piratas decidieron venir a Sevilla. Vinieron en barcos por el río Guadalquivir

Los piratas bajaron de sus barcos con sus parches en el ojo, sus gorros de pirata, sus patas de palo y dijeron “Ja, ja, ja vamos a buscar el tesoro y lo vamos a encontrar ja ja ja”. 

Cogieron palas y empezaron a hacer agujeros en la arena buscando el tesoro, pero nada, que no encontraban el tesoro. No lo encontraban porque como los piratas eran muy malos y muy gruñones todo el rato se estaban peleando y no se ponían de acuerdo en nada y así no conseguían encontrar nada. Por eso los niños no se deben pelear, porque con las peleas no se consigue nada.

Así que los piratas se aburrieron y se fueron. Y pasaron más y más años. Y un día un niño como vosotros iba paseando tranquilamente con su perro Lulo por un monte que hay aquí en Sevilla que se llama el monte Carambolo, cantando  y el perro encontró un hueso y al ir a enterrarlo…. “zasssss”, encontró una vasija y ladró “guau, guau” y el niño al ver que el perro ladraba se acercó, abrió la vasija y ¿qué había en ella?…….¡el tesoro!!!!

El niño en vez de quedarse para él el tesoro lo llevó a un museo, el museo es el sitio donde se ponen las cosas bonitas importantes para que todo el mundo las pueda ver. Y así todos los niños del mundo que quieran ver el tesoro del Carambolo pueden ir a verlo al museo.

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Finalmente encontramos el tesoro y estas fueron sus caritas al tener delante un tesoro de verdad. Después pasamos un rato dando de comer a las palomas, por lo que os ánimo a todos a visitar el museo.

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