Raviolli de queso azul con mantequilla de albahaca.

En martes en lugar del lunes, pero no podía dejar de pasaros la receta a la que dedicamos el domingo, con ayuda de una gran invitada, la abuela. Pasamos un día maravilloso, en la cocina, mientras fuera amenazaba con llover.

Reímos, bailamos, jugamos con la masa, nos manchamos de harina, aprendimos y lo mejor de todos comimos todos juntos y muy rico y sano.

Hacer pasta es una actividad que recomiendo hacer en familia siempre que podáis. Es una forma estupenda de conversar y distraerse haciendo algo juntos. Es relajante y desestresante, y es una forma estupenda de desarrollar el trabajo en equipo, ya que son muchos pasos en los que a veces se necesita la colaboración de varios, como para por ejemplo hacer las placas con el rodillo, que necesita tanto maña como fuerza.

Veréis como sin daros cuenta, cada uno va eligiendo su rol según su personalidad. Los más nervioso y activos querrán darle al rodillo, mientras los más metódico preferirán secar y colocar la pasta.

En mi caso está claro, siempre sé que va a pedir hacer cada uno, y muy pocas veces fallo.

La receta de la pasta es bien fácil, 100gr de harina por cada huevo, una pizca de sal y una cucharadita de aceite de oliva Virgen Extra.

El relleno es lo más divertido hay tantas variedades como la imaginación os permita, en este caso los hicimos con Roquefort, ya que siempre trato de utilizar restos de la nevera, cocina de aprovechamiento y quedaron para chuparse los dedos.

La receta es bien sencilla y no podéis imaginar la diferencia entre la pasta casera y la precocinada. Cuando lo probéis una vez,no podréis dejar de hacerla.

Ingredientes

300 gr. de harina

3 huevos

1 pizca de sal

1 cucharadita de AOVE

 100 gr. Roquefort

Pipas de calabaza

Mantequilla

Albahaca Morada

Mezclar la harina con los huevos, la sal y el aceite y amasar durante 10 minutos, hasta que se convierta en una masa tersa y dura, difícil de amasar con las manos. Dejar reposar una hora, si tienes tiempo, sino, pues…sin reposar, yo con niños no lo dejé reposar y salieron divinos.

Derretir el Roquefort con una cucharadita de mantequilla y mezclar con las manos con las pipas de calabaza y reservar. A la vez en un cazo pequeño, poner 3 cucharadas de mantequilla con unas hojas de albahaca e infusionar a fuego muy bajo durante 10 min y reservar.

Amasar la masa, estirándola con ayuda de un rodillo hasta tener una placa fina donde ir colocando montoncitos de relleno. Colocar una nueva capa sobre la anterior y cortar según la forma deseada alrededor de cada montoncito de queso. Es importante con ayuda de un tenedor apretar los bordes para evitar que se salga el relleno al cocerla.

Poner una olla con abundante agua con sal a hervir e introducir la pasta con cuidado una a una hasta que sala a flote, que será en un minuto escaso.

Escurrir, colocar en la fuente de servir y echar por encima la mantequilla infusionada, pimienta y adornar con una hoja de albahaca.

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