Recuperando un clásico. La tarta de Queso

Lo siento, me encantan las tartas de queso, todas ellas, en todas su modalidades y presentaciones, pero desde que probé ésta, estoy loca por ella.

En casa mi madre siempre ha hecho la receta americana, la que lleva horno y su receta es exquisita (prometo traerla un día), pero es algo más laboriosa que la que os traigo hoy, y si comparáis con la mayoría de recetas de tarta de queso que podéis encontrar en los libros de cocina y en la red, os sorprenderá los pocos ingredientes que necesitamos para elaborarla, cuando otras necesitan 8 huevos, está se cocina solo con 3, y eso, aparte de en el bolsillo se nota en la dificultad y tiempo de elaboración.

Aunque la tarta de queso es un postre mundialmente extendido, y no hay país que no tenga su versión, su origen se remonta a la antigua Grecia pero el cheesecake como hoy se conoce, es desde principios del siglo XX un icono dulce para los neoyorquinos, cada cafetería se precia de tener una versión propia de este pastel en sus menús, aunque la autoría de la versión genuina se le atribuye a Arnold Reuben, un joven alemán que llegó a Estados Unidos para dedicarse a la restauración y que tras ser invitado a una cena donde probó una tarta de queso muy especial no paró hasta conseguir su propia versión, la del cheesecake neoyorquino.

Ingredientes:

Nota:  Al contrario que indican en todas las recetas, yo uso cada día un tipo de queso, siempre en formato crema pero unos días mascarpone, Ricotta, Philadelphia, lo que me pille y siempre me salen igual de ricas.

 

Pasamos esta mezcla al molde, lo prensamos con fuerza sobre la base y lo refrigeramos mientras preparamos el relleno. A mi últimamente y como podréis ver en las fotos me ha dado por subir un poco la galleta por los bordes, únicamente porque la base es una de las partes que más me gusta de la tarta y mi intención eran tener cuanta más base mejor, y además estéticamente queda de lo más vistosa. Lo hago con ayuda de un vaso, primero coloco la galleta de los bordes haciendo presión con un vaso mientras lo giro, y finalmente relleno la base y presiono con ayuda de una cuchara.

Para el Relleno batimos con la batidora el queso, el azúcar, la vainilla y la nata liquida hasta obtener una mezcla homogénea y comenzamos a añade los huevos, uno a uno, mezclando bien cada uno antes de añadir el siguiente.

La tarta se hace al baño maría dentro del horno, pero no os asustéis porque es facilísimo. Tan solo debemos preparar  una fuente (donde nos quepa el molde que vamos a utilizar para la tarta) con agua caliente, e introducimos el molde, que deberemos haber envuelto en papel de aluminio.

Vertemos el preparado sobre el molde, con cuidado de no dañar la base de galletas y lo introducimos en el horno, precalentado a 180º, durante una hora aproximadamente.

Pasado este tiempo, apagamos el horno y dejamos enfriar el pastel dentro del horno con la puerta entornada. Cuando esté frió, lo metemos en la nevera  y lo dejamos reposar como mínimo durante unas 6 horas para que tome cuerpo.

A mi especialmente me gusta más la tarta de queso sin nada, ni nata ni mermelada ni nada de nada, pero podéis acompañar con lo que prefiráis, a gusto del consumidor. Yo a veces, la llevo a la mesa con varios tarritos con mermeladas, dulce de leche, chocolate o lo que tenga para que cada uno se acompañe su porción al gusto.