Imagino que la mayoría habéis oído hablar de ella, de Nigella Lawson, es una chef de cocina, presentadora de televisión y periodista británica.
Wikipedia dice de ella: Aunque Nigella ha disfrutado de una exitosa carrera en la cocina, ella no es una chef profesional y no le gusta que se llame como una ” chef”. Por otra parte, ella no se considera como una cocinera experta. A lo largo de sus programas de televisión hace hincapié en que ella cocina para su propio placer, le es terapéutico y además de ser un hobby. Al decidir qué recetas escribe en sus libros y muestra en sus programas dice: ” Si es algo que yo no quiero volver a comer, entonces la receta no me gusta receta … Tengo que sentir que la cocinar de nuevo “.
Por todo esto y mucho más, tengo tantas cosas en común con ella, que me encantá seguirla y leerla, así que en cuanto salió su primer libro en español no me pude resistir a comprarlo.
Hace tiempo que lo compré y la verdad que entre unas cosas y otras aún no había hecho ninguna receta y hoy por fin me he decidido para acompañar un estupendo pollo asado.
Con los restos tengo pensado hacer unos fabulosos sándwiches con pan pita para un picnic, de modo que ya os subiré la receta.
Ingredientes:
1 pollo
1 vaso de Brandy (Coñac)
Sal
Pimienta
1 limón
Mantequilla
2 ramitas de Romero
Preparación:
Salpimentamos el pollo por fuera y por dentro, y con las manos untamos el pollo levemente con mantequilla. Cortamos ambos extremos del limón y lo introducimos en el orificio del pollo y lo colocamos en una bandeja de horno y lo llevamos al horno (boca abajo) previamente calentado a 200ºC hasta que se haya dorado levemente. Una vez dorado le damos la vuelta con ayuda de dos tenedores grandes y lo volvemos a introducir en el horno, cuando esté dorado le añadimos el coñac por encima y lo introducimos de nuevo al horno durante unos 45 minutos aproximadamente. Iremos comprobando cuando está hecho, ya que depende de cada horno y de nuestro gusto, pero lo ideal es que el pollo no esté ni muy seco ni demasiado crudo obviamente.
Para el acompañamiento.
Ingredientes:
250 gr. champiñones en lámina
3 patatas medianas
350 ml. De leche entera (o mitad de leche y mitad de nata)
½ vaso de vino blanco
Unas gotas de salsa Perrins
Pimienta
2 cucharada de Mantequilla
Sal
Queso rallado
Precalentar el horno a 220º. En una cacerola, llevar a ebullición las patatas a rodajas, la leche y el vino, salpimentándolo al gusto y removiendo de vez en cuando. Dejar que siga hirviendo a fuego lento mientras preparamos los champiñones.
Calentar la mantequilla y el aceite en una sartén a fuego medio-alto. Añadir los champiñones laminados y sofreírlos removiendo de vez en cuando hasta que se ablanden.
Echar los champiñones y sus jugos a la cazuela de las patatas y remover hasta mezclarlo bien. Vierte la mezcla en una fuente para horno engrasada y déjalo en el horno unos 45 minutos o hasta que veas que está dorado, si tu horno es suficiente grande es ideal que hagas las dos cosas a la vez, el pollo y el gratinado. Ambas cosas estarán recién hechas en el momento de servir y además ¡¡ahorras dinero y energía!!
NOTA: Yo utilicé champiñones laminados en lata, y aunque facilita bastante el trabajo, no conseguí que salieran tan crujientes como aparecen en la foto de Nigella.
