Hoy una entrada rápida, ya que tengo una montaña de exámenes por corregir, pero ya que me propuse publicar cada 4-5 días aquí estoy con algo de retraso…
Hoy traigo una receta, riquísima, facilísima, y baratísima, es decir, una receta de lo más socorrida. La probé hace ya unos años en casa de una amiga, Irene, era una receta de su madre, a la que no conocí personalmente, pero si que he oído hablar de ella en infinidad de veces, la mayor parte de ellas, en relación a la perfecta cocinera que era. Pues esta receta es de ella, de Pilar, bueno es mi versión ya que nunca me ha salido tan buena como me la cocinó Irene e imagino que ni de lejos como le saldría a Pilar.
Ingredientes: Para 4 pax
2 Pechugas de Pollo
Aceite
10 lonchas de Queso Cheddar
Sal Pimienta Patatas
Preparación:
Cortar las pechugas de pollo en tiritas o trocitos pequeños, y salpimentar. En una sartén calentar dos buenas cucharadas de aceite, y cuando esté caliente, incorporar las pechugas y cocinar, hasta que estén doraditas.
Calentamos aceite para freír las patatas, y las vamos friendo como de costumbre.
En la sartén de las pechugas y una vez doradas, con el fuego medio, comenzamos a incorporar las lonchas de queso, poco a poco, removiendo con una espátula de madera para ayudar a que se derritan, yo he utilizado, queso Cheddar, ya que recuerdo que el color era amarillento, y el sabor me parece exquisito, pero podéis elegir el queso en lonchas que más os guste, eso sí que sea un queso que derrita bien
Cuando empiece a dorarse el queso el pollo estará listo para comer, y digo para comer, ya que debéis comerlo de inmediato, sino el queso se endurecerá y os quedará muy seco.
¡¡Espero que os guste!!
Siento no tener muchas fotos, pero como es una receta que suelo hacer cuando no tengo mucho tiempo, tampoco tenía mucho tiempo de hacer fotos.