Una receta sencilla y rápida, de esas que puedes hacer apenas te enteres de que tienes una visita inesperada. Para acompañar un café o un té a media tarde, las tejas de toda la vida. Su nombre les viene por la forma en que se dejan enfriar en un rodillo de cocina, que asemejan tejas, pero podéis dejarlas enfriar tal cual y están igual de riquísima.
Un único aviso, ¡¡SON ADICTIVAS!!
Ingredientes
3 claras de huevo
125 gramos de azúcar
75 gramos de harina
60 gramos de mantequilla
50 gramos de Almendras laminadas
Preparación
Comenzaremos batiendo en un bol (mejor con unas varillas eléctricas) las claras junto con el azúcar.
Una vez las tengamos bien espumosas, le añadiremos la harina tamizada, la mantequilla ablandada y mezclaremos todo bien hasta obtener una masa suave y homogénea.
A continuación, prepararemos la bandeja del horno con un papel de hornear y colocaremos con ayuda de dos cucharillas de café unas bolitas de masa, que extenderemos con la base de la cucharilla, cuanto más finitas queden, mejor. Debemos dejar una separación de unos 8 o 10 cm.
Las espolvorearemos con la almendra laminada y azúcar y las colocaremos en el horno que tendremos precalentado a una temperatura de unos 200º y cocinaremos hasta que nos queden doradas.
Una vez doraditas, las retiraremos del horno y las colocaremos inmediatamente sobre un rodillo o un cilindro, presionando bien para que se forme la teja debemos hacerlo muy rápido para que no se nos enfríen, si se endurecen no podremos darle la forma.
Solo nos falta preparar un buen café para acompañarlas.
