Esto no me gusta Mamá

Cada día doy más importancia a la alimentación de mis hijos. Siempre he presumido de que mis hijos comían de todo, pero es cierto que conforme crecen, van afianzando sus preferencia y las hacen saber.

La frase más oída en mi casa a la hora de comer es “eso no me gusta” incluso cuando es un alimento que solían comer sin problema y les gustaba o lo que más me molesta, aún sin haber probado un alimento, ya están con la frasecita.

Creia que estaba el trabajo hecho, que mis hijos comían bien y casi de todo, pero me he dado cuenta que esto es una carrera de fondo, nunca está “todo” conseguido, cuando te relajas, deja de gustarles algo así que me he vuelto a poner manos a la obra, sin descanso.

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Trato de ofrecer los alimentos de forma positiva, les anuncio la comida con frases positivas “mamá acaba de terminar la riquísima tortilla de atún” o papá está preparando un pescado riquísimo con ensalada para que se nos ponga el pelo brillante y los huesos fuertes fuertes”.

Es importante insistir en los alimentos, pero sin llegar a forzarlos, bueno para ser completamente sincera, suelo forzarlos al menos al primer bocado, pero por que conozco a mis hijos. Entiendo que algo pueda no gustar, pero para saberlo hay que probarlo. Al menos en casa.

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Yo era de las de sentarme junto a ellos, e ir guiándoles o incluso metiéndole alguna que otra cuchara en la boca, mientras ellos veían la tele, que a veces he utilizado para distraerles y conseguir que comieran sin darse cuenta, pero me he dado cuenta que estaba equivocada. Quizás eso es buena idea para el hecho de alimentar a bebés, pero no ayuda en nada a la educación de niños algo mayores.

Me gustan que coman con conciencia plena a lo que comen, hablando entre ellos o fijándose en lo que comen.

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Otro de mis aliados últimamente es La técnica del reloj de Arena para que se gestionen el tiempo. Yo pongo los platos delante de ellos y estoy en la cocina haciendo otra cosa, observándolos, pero no atosigándolos. Tenemos un reloj de arena que marca 30 min, lo coloco delante de ellos y saben que cuando termina de pasar la arena, sin reñir ni pelear retiro los platos y ofrezco el postre para el que tienen unos 10 minutos más (otro reloj distinto).

Las claves del éxito son la paciencia y la repetición. Yo sigo en ello, aun no he conseguido que coman como adultos y es que ellos no son adultos, por lo que me quedan años en este tarea. Lo importante es que el pequeño vaya probando distintos sabores, aunque sea poco a poco; una sola cucharadita puede ser una gran victoria.

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Importantísimo aquí es la capacidad  que tienen los niños de aprender por imitación. Si ellos nos ven apartar ciertos alimento en un plato, creerán que eso es correcto y lo harán, igual que si no nos ven comer fruta en la vida ellos no se acostumbraran a hacerlo jamás. En cambio, si ve que coméis de todo y que disfrutáis de este momento, para él será normal actuar así.

IMG_6634Antes de sentarse a la mesa también tengo mis trucos, ir a comprar o mejor aún, recoger los alimentos del campo y dejarlos cocinar es muy útil para familiarizarlos con los alimentos, saber de donde salen y como terminan en el plato.

Jugar a ser cocineros les hace meterse más en el proceso y les ilusiona comer aquello que ellos han cocinado.

Os dejo también algún que otro libro que puede ayudarles con el tema. “Quiero comer como los mayores” , “Cuentos cortos para comer de todo”,

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