Aunque realmente las coronas que vemos en Navidad son coronas de Adviento, y el adviento ya casi está apunto de acabar, os traigo hoy mi nueva corona de Navidad.
En casa ya es tradición salir un par de fines de semana antes de nochebuena, a dar un paseo por el campo y recoger tantas plantas como podamos encontrar, cuanto más verdes y frondosas mejor, todas valen.
Todo vale, las plantas y vegetación que tengas en el parque de al lado, en el campo o en tu propio jardín, además de ser muy barato, es muy gratificante tener tu propia corona de Navidad de tu propia “cosecha”.
También quedan genial las piñas, aunque nuestra perrita, que se vuelve loca por ellas, este año no ha dejado ninguna en condiciones para poder ser presentadas en la corona final.
Todos los años, compro algo en la floristería para dar un poco de gracia a los centros. Unas ramas de Eucalipto, flor de cera, Paniculata….y este año he encontrado unas hojas de Roble rojas preciosas. Pera cada año, voy improvisando con lo que encuentre.
Pero nunca gasto más de 5€ y con eso siempre hago al menos 4 o 5 coronas, ya que también se ha convertido en tradición regalar una a mi madre y hermana y algún que otro detallito cada año.
Es muy sencillo, tan solo necesitamos dos grosores de alambre, uno de un centímetro aproximadamente de diámetro para hacer el aro de la corona y otro fino para ir enzarzando las ramas al mismo e ir formando la corona.
En el DIY del año pasado podéis ver imágenes del proceso.
Ya veréis lo bonita que quedan, económicas y divertidas de hacer. Os aseguro que si os animáis un año, al siguiente, repetiréis.