Las gambas al ajillo es la típica receta que gusta a todo el mundo, pequeños y mayores. Además es una cena que se prepara en 5 minutos.
Hay tantas recetas como lugares, recuerdo de pequeña, que tuve una etapa de adicción máxima a este plato. En la zona de la costa del sol, las llamaban gambas al Pil Pil y las preparaban con pimentón. Pero para la mayor parte de España son simplemente eso, “gambas al ajillo”. Yo personalmente las prefiero sin pimentón, per0 todo es cuestión de gustos y de ir probando.
Las gambas al ajillo son una receta que se me había resistido hasta hace bien poco. Tendía a hacerlas con el aceite bien caliente, y sólo conseguía que las gambas se cerraran y quedaran secas y chiclosas, hasta que un día tuve la suerte de ver a mi padre hacerlas y desde entonces ya nunca fallo.
El secreto principal para conseguir unos gambas al ajillo perfectas, es que el aceite casi no se caliente. De éste modo quedan jugosas y riquísimas.
Ingredientes:
12 Gambones
Aceite de Oliva Virgen Extra
Sal
3 dientes de ajo
2 guindillas
- Pelaremos los gambones y los cortaremos en 3 o cuatro trozos y los salamos levemente.
- Cubrimos el fondo del recipiente donde las vamos a cocinar, con dos o tres dedos de aceite de oliva virgen extra y añadimos el ajo en láminas y las guindillas con el aceite en frío.
- Cuando observemos las primeras burbujitas, añadiremos los gambones (o gambas) siempre con el fuego flojo. Justo en el momento que empiezan a cambiar de color (unos 3 minutos) apagamos el fuego y tapamos unos segundos y servimos.
MIS TRUCOS:
Gambones en lugar de gambas, hace que queden muuucho más jugosas, aunque claro si tienes la suerte de tener unas buenas y grandes gambas de Huelva, pues mejor que mejor.
Añadir los gambones con el aceite casi frío, apenas empecemos a ver las burbujitas. El momento en que piensas “no, aún está demasiado frío”, ¡pues ese, ese es el momento!
Cocinar a fuego bajo y tan solo un par de minutos.
Añadir muy poca sal a los gambones.
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