Nunca he sido muy aficionada a las fresas, a no ser que fueran al natural, pero éste bizcocho me cautivó desde el primer bocado. Lo probé una tarde con unas amigas en El baúl de Mariquilla, y no sobró casi nada. Es esponjoso y tiene un suave sabor que sino te dicen que lleva, es muy difÍcil de adivinar, pero sin duda da un toque muy especial a éste bizcocho.
Ingredientes:
1 yogurt de fresas
3 cucharadas soperas de mermelada de fresas
3 huevos
1 vasito de aceite
3 vasitos de harina
Ralladura de un limón
1/2 sobre de levadura
Una pizca de sal
2 vasitos de azúcar
Un chorrito de vodka
Preparación:
Precalentar el horno a 180 grados.
En un vol mezclar el yogurt con los dos vasos de azúcar, para las medidas utilizaremos el vaso del yogurt. Incorporar el resto de los ingredientes y batir a mano hasta conseguir una masa homogénea.
Engrasar un molde rectangular y añadir el contenido. Introducir en el horno a 180 grados durante unos 30 minutos aproximadamente. El tiempo de cocción dependerá del horno, debemos ir controlando y pinchando con un palillo hasta que salga completamente limpio. Yo he utilizado un molde de silicona, lo que ayuda mucho a desmoldar el bizcocho.
Para la mermelada, yo usé de fresas de la vieja fábrica pero puede servir cualquiera de fresas con trozos, que además de un sabor inmejorable dan un aspecto super apetecible y un colorido ideal al bizcocho